viernes, 6 de febrero de 2009

Análisis y Usos de los Resultados de la Evaluación

En las presentes líneas se tratará de sintetizar al máximo los aspectos que tienen que ver con el Análisis y Usos de los Resultados de la Evaluación, haciendo una breve mención en lo que respecta al papel de las calificaciones como medida de logros, enmarcadas en la propuesta del Currículo Nacional Bolivariano (C.N.B) referente al modelo evaluativo:
El sistema educativo Venezolano, enmarcado en el C.N.B, plantea un modelo humanista y constructivista y desde ese modelo la calificación debe enfocarse como una medida para alcanzar logros, por consiguiente la evaluación debe ser considerada un instrumento de aprendizaje y de mejora de la enseñanza, es decir una evaluación formativa, substituyendo a los juicios terminales por los logros y capacidades de los educandos que se dan en el desarrollo de sus estudios (Continuo Humano). Para hacer realmente de la evaluación un instrumento de seguimiento y mejora en el proceso enseñanza-aprendizaje de los educandos, el docente debe ser corresponsable de los resultados que éstos obtengan: no puede situarse frente a ellos, sino con ellos; su pregunta no puede ser "¿quien merece una valoración positiva y quien no?", sino "¿qué ayuda precisa cada cual para seguir avanzando y alcanzar los logros deseados?".

De igual manera es necesario un seguimiento atento y una realimentación constante que reoriente e impulse la construcción de conocimientos para el logro de la tarea.

En efecto, las disfuncio­nes en el proceso de enseñanza/ aprendizaje no pueden atribuirse exclusivamente a dificultades de los estudiantes, ya que representaría un fiel cumplimiento de la evaluación cuantitativa y por ende, resultará difícil que los estudiantes no vean en la evaluación un ejercicio de poder externo (y, por tanto, difícilmente aceptable) si sólo se cuestiona su actividad.
Si realmente se pretende hacer de la evaluación un instru­mento de seguimiento y mejora del proceso, tal como lo plantea el modelo cualitativo, es preciso no olvidar que se trata de una actividad colectiva, como lo proponía Simón Rodríguez (teoría en la cual se basan grandes aspectos del CNB), de un proceso de enseñanza / aprendizaje en el que el papel del docente aunado a los educandos y el funcionamiento de su entorno constituyen factores determinantes. Asimismo la evaluación ha de permitir, pues, incidir en los comportamientos y actitudes del profesorado. Ello supone que los estudiantes tengan ocasión de discutir aspectos como el ritmo que el docente imprime al trabajo o la manera de dirigirse a ellos. Y es preciso flexibilizar también el propio currículo, con el fin de ajustarlo a los intereses y necesidades reales de los estudiantes, es decir, a su contexto social e incluso al de la escuela como tal. De esta forma ellos aceptarán mucho mejor la necesidad de la evaluación que aparecerá realmente como un instrumento de mejora de la actividad colectiva.
Resumiremos ahora, por razones de espacio, las funciones de la evaluación, en tal sentido insistimos en la necesidad de romper con los reduccionis­mos habituales, es por ello que la misma debe:
* Incidir en el aprendizaje (favorecerlo)
* Incidir en la enseñanza (contribuir a su mejora)
* Incidir en el currículo (ajustarlo a lo que puede ser trabajado con interés y provecho por los y las estudiantes).